lunes, 22 de septiembre de 2008

Algunas cosas buenas

Dejando un poco atrás todo lo malo, este fin de semana ha traído cosas buenas y bonitas.
El viernes, reencuentro con Ana,una buena amiga que se mudó a Palma de Mallorca, y a la cual vemos de Navidad en Navidad. Alguna noticia nueva, un cambio de trabajo para finales de este mes, muchas ilusiones y ganas de hacerlo bien... Cenamos y nos fuimos a tomar una copa; lo que se suponía que iba a ser una rápido terminó a las cinco de la mañana en el 38 y con Marcos como un pellejo. Pero lo pasamos bien.

El sábado mi amiga Sandra me llamó para decirme que ya se ha mudado, por fin. Sandra es Guardia Civil, y se trasladó a Madrid hace poco más de un año. Vivía de alquiler con su novio, solicitó una piso en la casa cuartel y se lo dieron en verano, pero el estado de la vivienda era deplorable, así que se metieron en obras y reformas que se alargaron en el tiempo más de lo deseado, lo cual la obligó a mudarse a casa de sus suegros por unas semanas, que se han hecho eternas y desesperantes. Pero, por fin, y a pesar de que la lavadora tenía fuga, el lavabo llegó desconchado y el sofá es demasiado grande para el salón, se ha instalado en su casa. Y está más feliz que una perdiz.

La mejor noticia de todas llegó el jueves. Mi amiga Fátima había dado a luz. Ayer domingo nos fuimos a Bilbao a conocer al pequeño Samuel; es una cosita muy pequeña, reconozco que nunca dejarán de asombrarme los bebés, tan pequeñajos...Pero, y en contra de la generalidad, no es una recién nacido feo; a pesar de sus ojitos todavía hinchados, es un bebé muy bonito, con unos pies diminutos y unas pirnecitas flaquitas que parecen muslos de codorniz, muy gracioso...La mamá está estupenda, salvo por algunas molestias en los pechos causadas porque aún no le "ha subido la leche"; pero muy feliz. El papá, un poco de mal humor porque Samuel ya demuestra su gran capacidad pulmonar, sobre todo por las noches. Pero bueno, que se fastidie, a mí no me cae bien, así que le den morcilla.

Además ya está lloviendo, por fin...Algunos pensarán que se me va la olla deseando que llueva, pero apenas quedan quince días para que vayamos a Pegue a por boletus, y si no llueve los hongos no salen. Así que estoy celebrando la lluvia como un día de fiesta. El puente del Pilar es una de las fechas que más me ilusionan del otoño, es genial subirse al pinar por la mañana y bajar a las tantas con las cestas llena de boletus en todas sus variedades. Después, unas cervecitas en el bar antes de subir a casa a cocinarlos. Y comerlos. Ummm, ya se me hace la boca agua...

En fin, que buenas noticias.
Feliz lunes.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Cambios

Novedades importantes planteándonos están.
Ya, estoy hablando como el maestro Yoda; no lo puedo evitar, son una fan fatal de Star Wars; y no quepo en mí de gozo desde que me he bajado a mi IPhone 3G la aplicación de la espada láser. Es una pasada, cada vez que muevo el teléfono, suena como la espada; y si lucho, suena como si el mismísimo Anakin Sky Walker estuviera peleando contra alguno del lado oscuro. Me siento un poco como la princesa Leia.
Ahora en serio, se nos plantea una decisión laboral súper importante, que no sabemos muy bien cómo abordarla. En realidad, la decisión ha de tomarla Marcos, pues es sobre su trabajo, pero nos afecta enormemente a los dos, a nuestra vida en común.
Me explico: Marcos trabaja para un importante grupo cervecero desarrollando la función de gestor de concesionario (función que no me voy a poner a explicar en qué consiste porque es un poco largo). El superior inmediato de Marcos es F, su Jefe de Ventas, que acaba de renunciar al puesto; no es que no le guste, no, pues ser Jefe de Ventas en esta empresa de la que os hablo es un puesto apasionante, que requiere de mucha capacidad de gestión y mucha mano izquierda. Su renuncia viene motivada, básicamente, por su superior directo, el Directo Regional. Éste último, llamémosle G. ,es el mejor en su puesto, sin duda; Marcos siempre dice que es la persona que mejor conoce el mundo de las distribuciones en toda la empresa. Es un tío que sabe mucho, y de todo; pero tiene una peculiaridad incómoda: además de ser súper exigente, es de ese tipo de jefes que te dan las directrices sobre cómo quiere que hagas tu trabajo, pero luego no te deja desarrollarlo por tí mismo, sino que está todo el día encima de tí dándote la vara y exigiendo más y más cada vez.
Después de un par de años largos teniéndole como jefe, F. ha tenido que pararse a pensar y decidir sobre cómo quería seguir llevando su vida. F, casado y con dos hijas, vive en Santander, pero es muy posible que un martes a las 10 de la noche esté saliendo de Palencia, camino de Burgos para recoger no sé qué, y de ahí a Santander. Hora de llegada a su casa: las 3 de la madrugada. Y así, día tras día. Así que ha decidido que no quiere seguir así; que no quiere seguir llevando ese ritmo de trabajo; está en la disyuntiva de que su jefe no le da lo quiere, y él no puede darle a su jefe lo que le pide.
Quedando vacante el puesto de Jefe de Ventas, la empresa ha decidido cubrirlo mediante promoción interna, lo más lógico a mi parecer. Así que G. está "invitando" a algunos a presentarse al puesto, entre ellos a Marcos, que ya se lo veía venir. Y para él es una putada, y yo lo entiendo, porque Marcos ahora estaba ya consolidado en su puesto, haciendo un trabajo envidiable, a cuyo nivel no llega ninguno de sus compañeros. Su proyección es enorme, pero aún no; aún tiene que aprender mucho de su puesto antes de optar a otro superior.
Pero claro, una negativa tajante a G. ahora supondría que no contara con él en el futuro para puestos de ese tipo, porque G. es así, si no tienes huevos ahora para hacerlo, no los tendrás nunca (G. nunca utilizaría la expresión "huevos").
Yo lo que le he aconsejado a Marcos que, antes de comunicarle su decisión, hable con G., porque si él que es el súper jefe cree que Marcos está preparado para el puesto, ¿quiénes somos nosotros para negarlo?Pero claro, Marcos tampoco puede tirarse al ruedo a puerta gayola, por eso yo creo que lo más conveniente es que le diga a G. que va a necesitar mucho de su ayuda, de sus consejos y de su experiencia; si él está dispuesto a prestársela, adelante. Es decir, si Marcos toma la decisión de aceptar el puesto, G. tendrá que implicarse mogollón con él, será un coaching continuo al menos durante un par de años. Pero yo en ese aspecto no tengo ninguna duda; es más, estoy convencida de que la relación laboral que tendrían Marcos y G. no podría comparase con la de G. y F.
Os habréis dado cuenta de que, en el caso que Marcos se presente a puesto, yo ya doy por hecho que será suyo, y es que no me cabe ninguna duda al respecto, es el mejor de su área, yo lo sé y los demás también.
Vale, y después de todo esto que os he contado, viene lo que nos afecta a nosotros directamente. Marcos anoche me preguntaba muy preocupado si estamos dispuestos a asumir algo como ésto, algo que supone que Marcos estará de mal humor y agobiado los cinco días laborales, y alguno del fin de semana; supone casi no verle, supone no poder contar con él para ningún preparativo relacionado con la boda...Por otro lado, también supone una diferencia de sueldo muy importante, pero eso para mí no es relevante porque, tal como estamos, estamos bien.
Yo, aunque sepa de antemano lo que va a pasar si acepta el puesto, no puedo decirle que no lo haga, no puedo ser tan egoísta, pero me da un poco de miedo que su nueva situación haga mella en nuestra relación. No sé, ¿alguna ayuda?

Feliz fin de semana.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Meme musical

Clau me ha nominado a hacer este Meme musical, y allá va.

Mi artista elegido es Joaquín Sabina.

¿Eres hombre o mujer? Barbie superestar.

Descríbete: Aprendiendo a vivir.

¿Qué sienten las personas acerca de tí? Pacto entre caballeros

¿Cómo te sientes? Ruido

¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental? Conductores suicidas.

Describe tu relación actual: Noches de boda.

¿Dónde quisieras estar ahora? Dirección Granada

¿Cómo eres respecto a amor? De purísima y oro.

¿Cómo es tu vida? Nos sobran los motivos.

¿Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo? Yo quiero ser una chica Almodóvar.

Cita o frase famosa: ¿Quién me ha robado el mes de abril?

Despídete: Mañana será otro día.


Se lo paso a Cruela, a Näis y a Marisabidilla.
Feliz semana.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

In memoriam



Parte primera.



_No, si al final me tocará a mí pagar las gambas_ dijo Mariano.
Marcos, Alberto, Jaime y yo nos habíamos tirado dos horas en la pista de paddel dejándonos los higadillos por no pagar la ración de gambas del aperitivo; pero el partido quedó en tablas, y mientras veíamos la final de tenis de Nadal, discutíamos por quién debía hacerse cargo de pagar las gambas a la gabardina de la Cesárea.
Bajamos todos al bar, y al final fue Mariano, el único que no había jugado, quien invitó a las gambas. Fue un buen rato; nos contaba que tenía muchas ganas de ver a Dani, su hijo, que trabajaba en Air Europa y tenía base en Las Palmas, pero que apenas pasarían allí cuatro días porque Dani tenía que volar a Irlanda enseguida.
Se nos hizo la hora de comer; habíamos dejado a las chicas haciendo una estupenda paella en el patio. Maries no hacía más que hablar con Marina y Charo de la boda. Decía que se compraría el vestido más bonito del mundo, porque después de todos estos años pidiéndolo, por fin la dábamos una alegría. Es cierto, en los últimos cinco años siempre nos decía lo mismo:
_Algo tenéis que hacer, ¿eh?, aunque no os caséis, algo tenéis que hacer para que nos vayamos de fiesta.
Después de comer, nosotros fuimos los primeros en marcharnos. Nos despedimos de todos, y quedamos con Mariano y Maries para hacer una cena en nuestra casa en cuanto volvieran de ver a Dani; eran los únicos que quedaban por conocerla.

El miércoles cogieron el avión, pero nunca llegaron a Las Palmas.
Recordaré esa tarde como las más angustiosa de toda mi vida. De camino a la oficina por la tarde, oí en la radio lo del accidente de Barajas. Sabíamos que viajaban ese día , pero no sabíamos en qué vuelo iban. Llamé a Marcos, que estaba en casa de sus padres y también habían escuchado la noticia. No sabíamos, no teníamos nada confirmado. Ninguno de los dos contestaba al móvil, y su hijo Dani, que los esperaba en Las Palmas tampoco sabía nada.
Llegué a la oficina, y lo primero que hice fue clickear la página de Spanair para encontrar cualquier teléfono en el que me dieran información, pero aún no se había habilitado ninguno. Todo nervios. El móvil sonaba sin para ver si sabíamos algo. Cuando habilitaron el número, Marcos fue el primero en ponerse en contacto con Spanair. Dio los nombres de los tíos y sus apellidos, y después de unos minutos infartantes, la señorita le confirmó que no se encontraban en la lista de embarque.
Respiramos aliviados; por un rato pensamos que estarían en el avión accidentado.
La tarde iba pasando, pero seguíamos sin poder hablar con ellos, y a Las Palmas no habían llegado.
Marcos me llamó a la oficina muy nervioso:
_Cari, esto no me gusta nada; no consigo hablar con Mariano, y el primo tampoco sabe nada de ellos.
_Vale, voy a volver a llamar a Spanair y que me confirmen que no están entre el pasaje; te llamo en un pliqui. Tranquilo cariño, verás como a Mariano se le ha olvidado conectar el teléfono, pero están bien.

Llamé a Spanair, y la respuesta de la señorita fue que no podía confirmarme nada; lo único que podía hacer era tomar mi número de teléfono y llamarme en cuanto supieran algo. Intenté hacerla comprender que sólo necesitaba saber si estaban en la lista de pasajeros, nada más. Evidentemente, si habían cogido el avión ella no podía saber si estaban bien o mal, heridos o muertos. Sólo necesitaba que me dijera si estaban en el avión o no. Pero no hubo manera. Llamé a Marcos para decírselo, y fue cuando todos los miembros de nuestra familia empezaron a llamar a la compañía para ver si alguien nos daba alguna información.
A medida que pasaban las horas el número de víctimas iba en aumento, y nuestra desesperación también. ¿Cómo era posible que nadie nos comunicara nada en toda la tarde?
A eso de las siete, le dije a mi jefe que tenía que irme, le conté lo sucedido. Cuando llegué a casa de mis suegros, la chica de la agencia de viajes donde Mariano y Maries contrataban siempre sus vacaciones había llamado para decirnos que el vuelo accidentado era el que tenían que coger los tíos.
No sabíamos qué hacer; Spanair no nos confirmaba nada por más que insistimos. Pedimos ayuda al delegado de la Junta de Castilla y León de Palencia. Si a nosotros nadie nos decía nada, teníamos que ayudarnos de las autoridades locales, a ver si así conseguíamos algo. Pusieron dos coches a nuestra disposición para ir a Madrid, a Ifema. Yo me quedé, los abuelos aún no sabían nada y me tocaría a mí darles la noticia.
A las doce y media de la noche Marcos me llamó desde Madrid. Los tíos habían fallecido.


Parte segunda.

Después de tres días ingresado en la clínica, Mos se estaba recuperado muy bien. Seguimos pinchándole unos días más, para asegurarnos de eliminar por completo la infección. Esta última vez lo había pasado muy mal, le pilló demasiado viejito y le costó mucho superarla. Se había quedado muy delgadito; en vez de un conejo enano, parecía una ratilla famélica.
Estaba muy mimoso, no quería más que estar con nosotros en el sofá y que le diéramos cariñitos.
Le hicimos un parque nuevo; nos cuidamos de desinfectar muy bien la zona donde estaba para que no pudiera cogerse nada malo de nuevo, y duplicamos el tamaño del parque que tenía; en vez de eso parecía una casita con finca alrededor. También le cambiamos todos su juguetes, el comedero, y todo aquello que pudiera ser susceptible de causarle otra cosa mala.
Estaba muy bien; comía mucho, pero era normal dado el peso que había perdido durante la enfermedad.
El viernes pasado lo notamos un poco raro; estaba apático, no tenía ganas de comer, ni de jugar, y nos temimos lo peor. El sábado por la mañana, de nuevo al veterinario. Otra vez con meningitis, la segunda en menos de quince días. No sabíamos qué hacer. El veterinario nos dijo que era lo que le esperaba al animal a partir de ahora; estaba demasiado viejito, y el haber pasado dos meningitis le había dejado el sistema nervioso echo polvo. Además, al tener tanto tiempo, su sistema inmunitario era casi inexistente, por lo que estaría malito continuamente, sin defensas que pudieran ayudarle.
No queríamos que Mos sufriera de nuevo lo de la última vez; lo pasó muy, muy mal. No sabíamos qué hacer; su veterinario nos dijo que podíamos ponerle una inyección a ver si reaccionaba, pero no lo hizo. El tratamiento iba a ser muy largo y muy dolorosa para Mos, y nada nos aseguraba que fuera a curarse; aparte, sería susceptible de cogerse cualquier cosa en cualquier momento.
Fue una decisión muy dura para los dos, pero no teníamos que pensar en nosotros, sino en Mos. El veterinario le puso una inyección para que dejara de sufrir. Ni siquiera tuvimos de valor de recogerlo para enterrarlo. No podíamos. Mos, después de siete años con nostros, se había ido.


Éstas han sido nuestras vacaciones. Demasiadas pérdidas en tan poco tiempo.

martes, 9 de septiembre de 2008

La vida es una hija de puta con pintas, y el destino un cabrón con cuernos y rabo.

Ya he vuelto al trabajo, y menos mal, porque un solo día más en casa dándole vueltas a la cabeza hubiese terminado conmigo.
No tengo muchas ganas de escribir; bueno, en realidad, no tengo ganas de pensar. Hay cosas que contar, pero todas son demasiado tristes, así que prefiero quedarme callada unos días, hasta que todos los malos recuerdos se queden por ahí colgados, cuando dejen de ser omnipresentes.
Os voy leyendo, e intento dejaros un comentario, pero me temo que estoy demasiado gris y no me apetece dejar una huella tan fea.
A ver si termina pronto este verano de mierda, a ver si con el cambio de estación, de fondo de armario, de zapatos... vamos viendo las cosas con otra perspectiva.
Tenemos que ir mirando algunas cosas para la boda, pero no tenemos ilusión; cada vez que pensamos en ello se nos escapa una lágrima...Uff, esto está resultando difícil.
Gracias por estar ahí.
Nur.