martes, 30 de junio de 2009

Más de lo mismo

Me cuesta mucho actualizar el blog porque no quiero resultar monotemática, pero ya que Näis me ha preguntado por los zapatos, será mejor que os cuente la historia.

Desde el principio tuve muy claro que no me casaría con unos zapatos de novia al uso; nunca me han gustado los zapatos blancos (excepto mis fabulosos Jazz), así que en cuanto tuve el vestido empecé a buscar zapatos. Tenía muy clara la idea de lo que quería, pero no me pasaba lo mismo con el color. En un principio, pensé en un lavanda suave, un lila...Pero las tendencias se encargaron de dejarme muy claro que éste no era año para ese color. No quería un morado nazareno porque ése es el color de mi madre, y tampoco vale repetirse. Fisgando por las webs de los diseñadores de zapatos, fui perfilando la idea de lo que quería, pero seguía teniendo dudas sobre el color. Barajé muchas opciones:



Modelo de Pura López







Modelo de Jimmy Choo




Modelo de Dior





Los tres zapatos respondían a lo que yo quería, pero los tres tenían la plataforma por fuera, y eso no me gusta. Yo quería un zapato así, pero con la plataforma oculta por dentro, así que seguí la búsqueda. El tema del color de los zapatos también me preocupaba, hasta que volví a pasarme por la web de Pura López, y encontré ésto:


Son de seda, con doce centímetros de tacón, plataforma interior y preciosos. Pensé que el color nude tampoco sería feo, y, además, ahora está muy de moda...Los busqué en Palencia, y no lo encontré (aunque era algo con lo que ya contaba); los busqué en Valladolid y tampoco estaban, incluso miré en Santander, pero no hubo suerte.
Mi amiga Sandra me propuso irme con ella un fin de semana a Madrid y buscarlos allí. Me pareció una idea estupenda, pero una locura a la vez. ¿Por dónde empezaría a buscar?Madrid tiene muchas zapaterías...Así que me puse en contacto con la fábrica de Pura López y pregunté en qué punto de venta podría encontrar ese zapato en concreto, y al rato me contestaron. Estaban en una zapatería llamada Hangar, en la Calle Hermosilla.
Llegué a Madrid y mi amiga fue a recogerme al Alvia, comimos un sandwich rápido en un Vips y nos fuimos al barrio de Salamanca, en busca de la zapatería.
Cuando llegamos vi los zapatos, pero la decepción fue tremenda: lo que parecía un color nude súper de moda resultó ser un tabaco feo tirando a marrón más feo todavía...Tenían muchos zapatos, pero yo quería esos. Entonces fue cuando mi amiga San vio "los zapatos": eran iguales, sólo que en color fresa/malva. Fantásticos. Eran los zapatos más bonitos del mundo. Me los probé, porque, encima, tuve la suerte de encontrar el último par de ese color, y en mi número. No hubo dudas. Eran mis zapatos de novia. Puestos son aún más bonitos, son cómodos, altos, muy altos...Tengo practicar un poco con ellos cuando Marcos no esté en casa porque hace muchos años que no me calzo unos tacones de semejante altura. Pero estoy muy, muy contenta porque son divinos.











lunes, 15 de junio de 2009

Como cada lunes

Llevo una temporada que todos los lunes me levanto con dolor de cabeza; no es una migraña fuerte, apenas una cefalea, pero es suficiente para hacer que empiece la semana de mala leche. Y no sé por qué es, porque, aunque sí es cierto que algunos domingos duermo mal, no es así por regla general.

Cuando suena el despertador a las 7 de cada lunes, me tiro de la cama cagándome en todo por el maldito dolor de cabeza. Y ya voy de culo el resto del día, estoy de mal humor, se me da la vuelta el estómago y prefiero no hablar con nadie porque la mala leche se nota a leguas.

Para más inri, hoy es un lunes de los jodidos de verdad: sube el tabaco y la gasolina. Hay que joderse. Menos mal que mi chico llenó ayer el depósito de mi coche; lo malo es que justo anoche me quedé sin tabaco.

Como cada lunes, me paso la mañana pensando en que necesito unas vacaciones, que ojalá pudiera escaparme unos días a casa de Ana, en Palma, y tirarme al sol sin mayor preocupación que pensar qué factor de protección me pongo, o a qué hora iré a chiringuito a tomar las cañas. Pero claro, este verano las vacaciones son la luna de miel, y hasta que llegue septiembre, pues a joderse y aguantarse.

Cada día tengo más dudas sobre la boda. No es que no quiera casarme, que sí quiero. Me refiero a que las cosas para la boda que antes tenía tan claras ya no me parecen tan buenas como pensaba; por ejemplo, tenía muy claro cómo quería llevar el pelo y qué llevar en el pelo, pero ahora ya no me parece ni tan bonito ni tan buena idea. No sé, supongo que conforme se acerca la fecha me pongo más insegura.

En fin, como cada lunes he pensado en actualizar. Y hoy, por fin, lo he hecho.