martes, 12 de julio de 2011

Madre contra madre

No soy mucho de leer blogs de otras madres, básicamente porque, después de haber leído algunos libros relacionados con la maternidad, haber puesto en práctica algunos de sus consejos y haber obtenido unos resultados extraordinariamente decepcionantes, he llegado a la conclusión de que esto de la maternidad va a salto de mata; es decir, ante nuevas situaciones hay que tirar de intuición y sentido común.
Sin embargo, leyendo blogs de mi coleguitas, me ha resultado imposible no echar un vistazo a blogs que ellas siguen, muchas de ellos blogs de madres, que hablan sobre la maternidad y sus hijos; cuentan qué hacen y cómo lo hacen, cómo educan a sus hijos, cómo los alimentan...
Y muchos de esos blogs tienen algo en común: las críticas hacia otras madres. Unas veces esas críticas son directas, y casi hasta nominativas; otras veces, critican una actitud, una elección u otra opción elegida por otra madre. Y esto me ha hecho pensar, y mucho.

¿Por qué nos atacamos las unas a las otras?¿Por qué criticamos sin piedad lo que hacen las demás, si ésto no coincide con lo que nosotras hacemos?¿Acaso no tenemos suficientes factores en contra de por sí?

Teniendo en cuenta que desde que nos quedamos embarazadas nos enfrentamos a esto de la maternidad absolutamente solas, ya que por mucho que tengamos a nuestra pareja, familia y amigos, todo lo que ocurre en esa etapa nos ocurre directamente a nosotras, y que en el momento que nace tu bebé eres tú misma quien tiene toda la responsabilidad sobre esa criaturita a la que ni siquiera sabes cómo coger, ¿no es demasiado duro ya que tenemos que andar poniéndonos en tela de juicio? ¿Por qué la mayor enemiga de una madre siempre es otra madre, ya sea tu suegra, tu prima o la vecina del quinto, que nunca te dedican una palabra de aliento, o un "qué bien lo estás haciendo"? ¿Por qué lo único que recibimos de nuestras "congéneres" son "este niño tiene frío, abrígale más", o "este niño pasa hambre, enchúfale un biberón" o un "no le des potitos, es mejor que le hagas un puré"?

Varias de esas críticas las he leído de madres que defienden a pies juntillas las premisas de lactancia a demanda, porteo y colecho. Yo estoy de acuerdo con estas tres premisas, de hecho, las he puesto en práctica con mi cachorro. Pero, como todo en esta vida, ha llegado un momento en que las circunstancias se han impuesto a las preferencias, y he tenido que dejar paso a otras cosas por el bien de mi bebé.
Mi niño ha estado con lactancia exclusiva hasta los 6 meses. Para poder hacerlo, tuve que pedir una excedencia en mi trabajo de dos meses, y aquí es donde comienzan a mandar las circunstancias porque, ¿y las mujeres que, por motivos económicos, empresariales o de cualquier otra índole no pueden coger excedencia y han de volver al curro pasadas las 16 semanas de baja por maternidad? ¿son peores, o menos madres, si deciden destetar parcial o totalmente a sus hijos? Yo creo que no, y creo que hay que respetar a todas las mujeres que toman una decisión así ,que me apuesto mis brillantes a que para ellas no es fácil.
¿No sería más eficaz dedicar todas esas críticas a nuestro sistema laboral, que ve la maternidad como si de la escarlatina se tratara? ¿O a nuestro Gobierno, cuyo Ministerio de Sanidad grita a los cuatro vientos que tenemos que dar la teta de forma exclusiva hasta los 6 meses, pero luego su Ministerio de Trabajo nos manda de vuelta al curro a las 16 semanas?
No podemos hacer blanco de nuestras críticas a aquellas que vuelven al trabajo a las 16 semanas porque no conocemos cuáles son sus circunstancias, ni personales, ni económicas ni de ningún tipo. Y sean cuales sean sus motivos, no podemos ser tan necias de criticarlas porque son madres como nosotras, porque nos llenamos la boca diciendo que sólo las que hemos sido madres podemos entender lo que significa pero luego somos las primeras en tirar la primera piedra.
Yo misma podría haber seguido más tiempo con excedencia y haberme quedado en casa con mi niño, pero quise volver al trabajo. Y quise volver porque la empresa en la que curro está pasando un mal momento y yo sentí que tenía que estar ahí, al lado de mi jefe, porque le conozco y sé que me iba a necesitar para muchas cosas. Y volví porque mi cachorro está con su abuela tan feliz, que le baja a la piscina de su urbanización todas las mañanas, viendo gente distinta, haciendo cosas diferentes de las que hacía conmigo. Y si tuviera que haberlo dejado unas horas en la guardería, igual hubiera vuelto a mi trabajo. Tengo amigas que viven en la Capital del Reino y están embarazadas, y no tienen familia allí. Ya se están moviendo para encontrar una buena guardería para sus pequeñas, porque en algún momento tendrán que dejarlas para volver a su trabajo. Son mujeres que han luchado muchos años para conseguir el curro que ahora tienen, y las respeto muchísimo porque sé que han dejado atrás muchas cosas cosas para conseguir lo que ahora tienen, y ahora que van a ser madres, que están mil de felices por su futura maternidad, las admiro mucho más por su valentía, por ser capaces de adaptarse a sus nuevas circunstancias con una sonrisa, por buscarse la vida como haga falta. Y no considero que vayan a ser peores madres que yo por tener que dejar a sus hijos en una guardería.Porque lo peor que las podría pasar es tener a madres a su alrededor que en vez de apoyarlas en sus decisiones las criticaran, las hundieran o las hiciesen sentir culpables.

Siguiendo con la lactancia, mi hijo sigue tomando sólo pecho por las mañanas como desayuno, que le doy antes de dejarlo con su abuela, puré a mediodía y frutas por la tarde. Por las noches tomaba sólo pecho antes de irse a dormir, hasta que esto no fue suficiente y empecé a darle papilla a base de leche de fórmula y cereales. ¡¡¡¡Ohhh siiii, leche de fórmula!!!!Para mi sorpresa ni se ha puesto verde ni le han salido antenas, sigue siendo un bebé "normal". Después de la papilla, teta hasta que él dice basta y a dormir. ¿Soy una madre monstruosa por haber empezado a darle leche de fórmula?¿Por no haber conseguido, tras muchos esfuerzos y un dolor de tetas de tres pares de narices sacarme mi propia leche para hacerle la papilla? Pues yo misma, que defiendo la lactancia materna hasta el final me he dado cuenta de que a veces las cosas ni son tan fáciles, ni tan eficientes. Lo que bajo ningún concepto voy a permitir, es que mi niño pase mala noche porque se queda con hambre, y si la solución pasa por darle leche de fórmula, pues allá que me voy, porque me da la sensación de que muchas veces nos olvidamos del objetivo fundamental de la maternidad: la salud, la felicidad y el bienestar de nuestros hijos. Y esto me lleva a otra pregunta, ¿por qué las madres que no dan el pecho son objeto de tantas críticas? ¿Por qué no somos capaces de respetar, y digo bien "somos capaces" porque es una cuestión de actitud, a las madres que eligen/tienen que dar biberón? Recientemente he conocido el caso de una mamá que durante el primer mes de vida de su hijo le ha estado poniendo al pecho continuamente, pese a su cansancio, pese a que el bebé lloraba sin para porque no mamaba y tenía hambre...Y ya rendida ha desistido de la lactancia porque no ha habido manera que su bebé la cogiera el pecho. Yo no la considero peor madre que yo, ella lo ha intentado y no la ha funcionado tan bien como a mí, por ejemplo, pese a que ella tenía todos los factores a su favor y yo los tuve todos en contra. Y ya está, Y NO PASA NADA. Y si después de haberlas pasado putas durante un mes no quiere la ayuda de la Liga de la Leche porque ve que su retoño crece sano y feliz, NO PASA NADA. No juzguemos su decisión, ni sus motivos, y, lo más importante, no la juzguemos a ella como madre.

Con todo esto sólo quiero poner de manifiesto una realidad que me he encontrado sin esperarlo, y es que las madres no podemos ser "enemigas" de otras madres que ejercen su maternidad de forma diferente. Porque en este juego no hay reglas escritas y cada bebé es distinto, lo que a uno le va de lujo al otro le cae como un tiro. Ya bastante tenemos con hacerlo lo mejor que sabemos, por dar de nosotras el 120% en favor de nuestros retoños. Que bastantes enemigos tenemos de por sí: la suegra "porculera", el sistema laboral que tal y como está montado hace que la maternidad sea algo negativo...
No quiero herir sensibilidades de nadie, ni mucho menos alzar el dedo acusador contra ninguna madre. Sólo quiero plantear una reflexión, a ver si es posible que la próxima vez que vayamos a criticar a otra mamá por lo que hace o deja de hacer, nos paremos un momento a pensar en nosotras como un todo.

jueves, 7 de julio de 2011

I need a break

6.30 Suena el despertador, apagarlo enseguida para que no se despierte Simón y a la ducha cagando leches, que el tiempo apremia.
7.00 Desayuno, a la par que voy recogiendo los juguetillos de mi cachorro que quedaron por ahí del día anterior; aprovecho y pongo alguna lavadora o el lavaplatos. Abro ventanas y ventilo.
7.15 Despierto a mi pequeñín, que está como un bendito, para ponerle al pecho y que desayune. Éstos son los únicos 15 min de relax.
7.30 Cambio de pañal, aseo y visto a Simón, dejándole listo para salir. Hago la cama y recojo un poco la habitación, mientras el peque me mira desde la hamaca, y yo creo que piensa que me va a dar un infarto de buena mañana.
7.45 Cojo las cosas de Simón, a Simón y a la perrina, y al parque de atrás para que Sira se de unas carreras y haga sus cosas.
8.00 Al coche a dejar a Simón en casa de los abuelos.
8.15 De nuevo al coche, a currar.
8.30-13.30 Curro
13.30 Salgo del trabajo y voy a la plaza de abastos mientras pienso qué coño voy a comer hoy. Compro pan, la comida y cena del día.
13.45. Recojo al cachorro, soporto un par de gilipolleces de mi suegra y a casa.
14.15 Saco a la perrina
14.45 Cambio a Simón, intento echarle en la cuna para que duerma la siesta (a veces con éxito, a veces de nuevo conmigo a la cocina, sentado la trona mientras como yo)Me hago la comida y como.
15.30/45 Intento de siesta: al sofá con el peque, que es la mejor manera de que suerma. Si le acuesto conmigo en el sofá, se duerme de hora y media a dos horas. Yo duermo 30 minutos; le blindo la zona para evitar caídas y aprovecho para tender ropa, poner lavadoras, cambiar sábanas...
17.00/17.30 Merienda de Simón
18.15 Preparo al niño y nos vamos todos de paseo: niño, madre y perrina. Si hace mucho calor nos quedamos jugando un ratillo en la alfombra de su cuarto hasta que se pueda salir a la calle.
20.30 Al jardín de atrás a tirar la pelota a Sira para que se canse, que si no, no hay quien la aguante luego.
21.15 Baño de Simón
21.45 Cena de Simón
22.15 Simón a la cuna. Preparo su ropa y su comida del día siguiente, recojo/tiendo la ropa que puse antes
22.45 Off

Muchos días es padre quien se ocupa de sacar a la perrina a las 8.30 para que corra, o de bañar a Simón, pero ese tiempo yo no lo aprovecho para descansar (tonta de mí, lo sé), sino para hacer los purés de Simón, o preparar la cena, o faenar en casa...
Necesito un respiro.