miércoles, 25 de abril de 2012

Cosas buenas

Hace unos días Florci decía en su blog que la cuesta más contar en el blog las cosas buenas que las malas, y eso me hizo darme cuenta de que mí me pasa lo mismo.Así que, pensando en las cosas buenas que podría contar, sólo se me ocurría una clara e inequívoca: Simón.
Además, me he dado cuenta de que apenas cuento cosas sobre él. por lo que el post de hoy es, como diría Elly, un post A.M, osea, Altamente Maternal.
Simón ya tiene 17 meses.Es un niño muy risueño, capaz de llevar la alegría allá donde esté. Se ríe constantemente, y te mira con esos ojazos que "son para verte mejor" y te desarma. Y ya, si te echa una sonrisa con esos dientazos que le están saliendo, te lo comes.


  Hablando de comer, es digno hijo de sus padres. Desde el principio ha comido genial, y  va poco a poco descubriendo los sólidos y cada vez le gustan más. A la hora de la cena se sienta a  comer con las manitas, o con el tenedor, que siempre lo pide ya. Tortilla de atún, croquetas de pollo de la abuela, judías verdes con bacon, albóndigas de pescado...No hace ascos a nada.Al igual que con los purés, que aún los toma a mediodía, le da lo mismo carne que pasta, que verduras que pescado. Las frutas le cuestan un poco más; tuvo unos días que le encantaban los plátanos, pero ahora ya no le molan tanto. Va poco a poco, a su ritmo. Nosotros le damos a probar de todo. El pasado domingo, cuando nos tomábamos un vermú después de un paseo mañanero, se comió una gamba "a la gabardina" que le supo a gloria. Y le sentó genial, ni el mínimo atisbo de alergia.
Tiene ya dos muelas y seis dientes, y alguno más que va asomando. Lo ha llevado muy bien, un poco más rabiosete, pero lo normal. ´
Lo cierto es que tiene un carácter estupendo, nunca se enfada y, cuando lo hace, el berrinche le dura lo que tardamos en distraerle con otra cosa. No ha hecho ninguna rabieta hasta ahora, cuando está cansado de estar en la silla es cuando más se enfada, porque, debido a su carácter curioso e independiente, quiere ir andando solito a todos los sitios. Cuando se conoce el terreno, ¡ni hablar de que te de la mano! Es un mayor...
Pero le encantan los mimos, los besitos y las pedorretas. Cuando quiere que le des mimitos se hace el sufridor y viene hacia tí "lloriqueando" de mentira para que le des besos, y le digas que cómo sufre...Y te abraza, y te da besos y es un amor. En éso de reconocer que sale a su padre; yo soy bastante más arisca, me cuesta dar besos, y mimos, pero no con Simón. Él es cien por cien achuchable, y tenemos que aprovecharnos mientras se deje.
Apunta un gusto especial por la música; un abuelo de mi marido toca la caja en un grupo de dulzaineros (sí, a sus 85 años) y cada vez que lo ve se pone a tocar el tambor. Se queda tonto cada vez que escucha música, en Semana Santa nos tocó tragarnos la procesión del domingo de Resurrección en Santander porque oyó los tambores, las trompetas y la banda de música y no hubo quien lo moviera de allí. Cuando estamos en nuestra habitación, te pide que pongas la radio en el equipo de música para que bailes con él, le da igual lo que sea, él levanta los brazos y se pone a dar vueltas.Si suenan notas, pues jotas, lo que sea, el caso es que es música.
Está empezando con la lengua de trapo, y te echa unos discursos de "blobloblopliplipli... mamamamapamamama" que flipas. Además de eso, dice papá, mama, agua, caca, cua cua (pato), asis (gracias), guaguau (perro), ñam ñam (comer), y poco más. Tiene ganas, eso es innegable a tenor de las parlotadas que se echa él sólo, o las broncas que le mete a la perrina, pero aún es pequeño...
Mola viajar con él porque se adapta de maravilla, da igual dónde le lleves. No extraña la casa ni la cuna, y no se asusta con facilidad. Le gusta cuando salimos por ahí investigar a su bola, ver lo que hay, coger flores y mirar bichos. Ya tiene sus botas "de montaña" y cuando se las pones se pone nerviosito perdido porque sabe que vamos a alguna parte.
Aunque últimamente no salimos mucho porque con el tiempo que hace de lluvia y viento no hay quien esté en la calle. Los días que no podemos ir al parque o de paseo nos quedamos en casa jugando, y vamos al restaurante de la abuela en coche a tomar una Coca-Cola y ver a la tía Yiyi a media tarde, así se nos hace más corta. Se entretiene muy bien con cualquier cosa; las pinzas de la ropa molan para tirarlas al suelo, cualquier cosa que haga la vez de teléfono también vale, abrir algún cajón a ver qué tesorito se encuentra...

Es un niño estupendo, y yo soy muy afortunada de ser su madre, de poder ver sus progresos día a día, a su ritmo, como cada vez es más listo, y cómo quiere colaborar en cosas cotidianas, que le vayas dando "tareas" que él puede hacer.
Reconozco que me tiene alucinada cómo son ellos solitos los que van demandando cosas nuevas, son ellos los que impulsan sus propios logros, con prudencia pero sin dejar de intentarlo. Y me doy cuenta de lo importante que es nuestro papel como padres en estar ahí, a su lado pero dejándoles solos, animándoles para que vayan superando obstáculos, felicitándoles cuando progresan, siempre a su lado.
Siempre a su lado.