lunes, 2 de agosto de 2010

Agotada

Así es como estoy. Siempre me pasa lo mismo, cada vez que llega el verano los fines de semana se llenan de planes y no hay manera de descansar ni un poquito; que si hay que quedar con la familia para tomar el aperitivo, con los amigos para cenar, algún evento fuera de la ciudad al que siempre nos apuntamos...En condiciones normales no me quejaría, pero reconozco que ya me cuesta mucho seguir el ritmo. Lo peor de todo es que tampoco digo que no; aunque sepa que voy a terminar hecha polvo, siempre acepto, y los domingos por la noche me cago en tó por haberme pegado otro fin de semana sin para un minuto. Me acuesto tan agotada que apenas duermo, supongo que de puro cansancio, y el lunes a las 7 de la mañana suena el despertador, uff, hay días que, literalmente, tengo que tirarme de la cama para poder levantarme.


Y este fin de semana no ha sido diferente a los demás. El viernes es el único día de la semana que no trabajo por la tarde, y, aprovechando que María había venido unos días de Londres, aprovechamos para ir a comer a la piscina y pasar la tarde. Aguantamos hasta las 7.30 de la tarde, muy bien, muy a gustito a la sombra...Marcos llegó de Burgos casi a las 9, yo estaba tirada en el sofá sin ganas de ná, pero llamaron unos amigos, que por qué no nos tomábamos unas cañas por el centro, aprovechando que hacía una noche estupenda...A mí el plan me pisaba la tripa, pero mi pobre chico había estado reunido desde las 3 hasta la 8, y necesitaba salir un poco. ¿Un poco?Cuando llegábamos a casa eran las dos de la madrugada.


El sábado a las 9 arriba, había que dejar la comida hecha porque teníamos que salir a encargar la Maxicosi de Simón, hacer unas compras, y a las 2 habíamos quedado con Cristina y familia para tomar un vermú en el barrio. Después de comer, media hora de relax antes de ponermos en camino de Ávila, teníamos entradas para el concierto de Mark Knopfler en Gredos. Llegamos sobre las 7 al hotel porque cogimos mogollón de tráfico, una ducha rápida y de nuevo en carretera hasta Hoyos de Espino. Menos mal que el concierto fue tranquilo; aunque siga siendo un maestro de la guitarra, ya está viejino y sus espectáculos son de corte relajado. Al finalizar el concierto, de nuevo al coche para volver a Ávila al hotel,y de nuevo una caravana de la leche.


Llegamos sobre las dos, nos lavamos los dientes y a la cama. Yo casi no pegué ojo, hacía tantísimo calor que tuvimos que dejar las ventanas abiertas, y como el hotel estaba en una avenida, apenas pude dormir con el ruido del tráfico.


A las 9 de la mañana ya estaba en la ducha; había que ponerse las pilas porque de ahí teníamos que volver a casa, recoger a Cristina y su marido y subirnos a Herrera a la fiesta del cangrejo. Casi todo el día de pie, tomando cañas (yo 0,0 sin alcohol, of course), comiendo muy tarde...Cuando llegamos a casa anoche eran casi las 10, y yo pensé que de un momento a otro me iba a desplomar.


Y hoy, de nuevo, a las 7 de la mañana suena el despertador. A día de hoy no hay planes para el fin de semana, pero me apuesto mis brillantes a que antes del miércoles ya hay planes para, por lo menos, viernes y sábado.


A todo esto hay que sumarle nueve horas de oficina de lunes a jueves, más cinco del viernes. Yo no hago jornada intensiva, vengo a la ofi mañana y tarde y os aseguro que venir a trabajar en verano a las cuatro de la tarde, cuando hay 40º a la sombra y el sol cayendo a plomo te deja el nivel de energía a -0. Si hay mucho trabajo mal, porque no paras. La semana pasada estuve con un presupuesto que no me dejó despegarme del ordenador en los cinco días; todo el rato con cifras, precios, mediciones...Aún no he terminado, aunque estoy en un break porque me faltan de entregar unas cifras de las partidas de energía solar, telecomunicaciones y aparatos sanitarios. En cuanto lleguen, otra vez a lo mismo. Es lo malo del cierre de Julio, que todo el mundo quiere dejarlo todo hecho para coger vacaciones, así que te pegas un mes de infarto. Y, ¿qué pasa a partir de hoy?Pues que casi todos ya se encuentran en su lugar de vacaciones descansando, y los días en la oficina son lo más tedioso del mundo, porque hay trabajo cero. Llevo casi dos horas aquí y aún no ha sonado el teléfono ni una vez. Lo más emocionante que me espera este mes es hacer la certificación correspondiente, un par de pagos de vallas de obra, renovar papeles en un banco y poco más... Osea, desidia, tedio y mala leche por estar aquí muriéndome del asco sin apenas trabajo.

Y yo no puedo más, así que he decidido coger más vacaciones de las que tenía previstas. Y no tengo previsto, de momento, ir a ningún sitio, pero necesito descansar. Cogeré del 16 al 29 de agosto, y como la siguiente semana, la del 30 al 5 de septiembre son las ferias de mi ciudad y no se trabaja, me pillo tres del tirón.


Tengo que empezar a bajar el ritmo. Mi placenta no está colocada donde debería y no quiero correr ningún riesgo estúpido sólo por querer seguir haciendo todo.