-¿Ya tienes todo listo?¿Estás nerviosa?

Pues no, no tengo nada listo; de hecho, lo único que tenemos es la reserva en el restaurante y nuestros respectivos regalos de compromiso. Bueno, también hemos mirado ya el tema de los chaqués para los chicos, pero nada más.
Sí que hemos decidido dónde será la luna de miel, pero aún no hemos pisado una agencia de viajes; total, los hemos mirado por Internet... He de decir en mi defensa que me he comportado como una prometida más maja que las pesetas, porque yo quería ir o bien a Canadá, o bien a Nueva York, pero al mongui de mi chico no le seducía ninguno de los dos destinos, y mira que yo insistí en que en Canadá nos íbamos a inflar a pescar salmones, pues ni por esas.
Así que haciendo gala de mi tolerancia, y sabiendo que era uno de los viajes más deseados de Marcos, le propuse irnos de safari fotográfico a Tanzania, a ver a los cinco grandes. Ni que d
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tiene que se le iluminó la cara, le encantó la propuesta. Al final lo que haremos será ir cinco o seis días de safari, y luego cruzar a Zanzíbar a pegarnos otros cinco o seis días tirados en la playa.


Seré una esposa generosa y le daré el capricho, convencida que más tarde o más temprano tendrá que devolverme la generosidad y visitaremos Nueva York y Canadá.
Pero bueno, a lo que iba, que me lío. Mañana voy a mirar vestidos por primera vez, tengo hora a las seis de la tarde; sobra decir que la mayoría de las colecciones me las sé de memoria de verlas en Internet. Lo malo, es que de los veinte mil vestidos que he visto únicamente me han gustado tres. Uno es de Pepe Botella y me lo probaré mañana, pero dudo mucho que me quede bien porque da la sensación que es un vestido para tipazos, y no es mi caso.Os lo presento:

Me gusta porque es sencillo, no tiene ni volantes, no cortes raros ni está lleno de cristales Swarosky; en la zona del pecho lleva unas poquitas piedras para darle algo de gracia, pero nada más. Lo que más me gusta es el escote, ya que, para una persona bajita como yo (mido 1.60 m) lo más favorecedor son los escotes en pico, que aportan verticalidad y suman altura; es decir, lo que yo necesito. Me pasó algo curioso con este vestido: le comenté a mi madre que había visto un vestido de Pepe Botella que me había gustado, pero ni le di señas ni le dije el modelo, ni ná; ella en casa se puso a mirar la colección por Internet, y supo que era éste. Me mando un mail con la foto del vestido y me dejó un poco flipada, para qué os voy a engañar.Lo que son las madres, caray...
En contra del vestido diré que tiene un escote pronunciado, pero ni me importa; si hay algo que puedo lucir en mi cuerpo, ese es el escote. Mi madre opina que quizá sea demasiado para una boda, pero yo argumento que no me casaré en una iglesia, sino en una terraza preciosa con vistas a un capo de golf.
Lo malo es que no sé si me quedará bien, porque es muy ajustado a la cadera, y yo no tengo un tipazo que digamos. Bueno, ya se verá.
Segunda opción: Jesús del Pozo. Este no me lo probaré mañana porque lo comercializa Rosa Clará, y aquí no hay, así que hasta que no vaya a Valladolid, pues nada. Os lo presento:

Este vestido me mola mil; bueno, éste y otro de la misma firma, pero no he conseguido foto, sí os dejo la dirección, por si os apetece verlos:
http://noviasjesusdelpozo.com/ .No tengo muy claro cuál es cuál, si os digo que los modelos que me gustan son en Nisbur y el Nirina. Y me gustan porque son lo más simple del mundo, y tienen que ser cómodos de narices. Pero claro, tienen dos pegas: la primera, es que, al ser de Jesús del Pozo costarán una verdadera pasta. Mi madre me ha dicho que el vestido me lo regala ella, que me compre el que me guste, pero tengo muy claro que no voy a perder la cabeza por un vestido que me voy a poner un rato, así que he decidido que un vestido en torno a 1.500,00 es más que razonable, no quiero causar a mi madre un descalabro económico sólo porque a mí se me antoje casarme.
La otra pega es que sé que a mi chico no le gustará, y no quiero que se lleve una decepción.
De todas maneras, yo pienso ir a probármelos, a ver qué tal me quedan, no quiero quedarme con las ganas.
Porque gustarme no me gusta ninguno, pero voy con la idea de probármelo todo, me guste o no; tengo que probarme los diferentes escotes, a ver cuál es el que mejor me sienta, los diferentes cortes, telas...No pienso decir que no a nada.
Edito: lo reconozco, estoy nerviosa; en realidad, estoy muy nerviosa. Además una de las personas que iba a acompañarme no puede llegar, así que iré sólo con mi madre. He quedado con ella una rato antes en un bar, me tomaré unos chupitos de Ruavieja a ver si templo, no esperaba ponerme tan atacada. Marcos no sabe nada, si me pregunta qué haré esta tarde...¿se lo digo, o esto tampoco tiene que saberlo?Jooo, ¿de veras que no puedo casarme en vaqueros?