
La semana pasada Dina escribió un post sobre lo sueños, si significan algo, si son o no reveladores, si presagian acontecimientos...Yo soy de las que piensan, como bien dijo ella, que los sueños sueños son, sin más, pero eso no significa que a veces, resulten inquietantes. Tengo la suerte, o la desgracia, según se mire, de acordarme siempre de lo que he soñado. Dicen los que saben que te acuerdas de lo que sueñas cuando te despiertas en mitad del sueño, y debe ser cierto, pues no recuerdo la última noche que dormí del tirón.
Llevo una temporada soñando con mi jefe, casi todos los días sueño algo con él, relacionado con el plano sentimental, que no sexual, pero nunca pasa nada, siempre se queda ahí. Lo más gracioso es que mi jefe no me gusta en absoluto, ni me atrae lo más mínimo, pero no dejo de soñar con él. No le doy más vueltas, como ya he dicho no creo en lo premonitorio de los sueños.
Pero, contradiciéndome a mí misma, os contaré algo que me pasó cuando estuve interna. Estábamos en 3º de B.U.P, y yo soñé que echaban a mi amigo Pablo del internado por algo que había liado. Me levanté y se lo conté a mis compis de habitación; después de desayunar, cuando íbamos a clase, me encontré con Pablo y se lo conté. Su cara se quedó como un cuadro, y flipando me dijo que le habían echado, que la noche anterior la había liado en la residencia de los chicos, le habían pillado y le habian echado. No me lo podía creer, ni yo ni él claro; después la cosa no llegó a tanto, sólo le expulsaron una semana. Pero ya veis, ironías de la vida, no?
Luego hay sueños recurrentes, que vuelven una y otra vez. En el pasado tuve uno muy angustioso que se repitía con mucha frecuencia; mi madre se iba a casar, y estábamos todos en casa a punto de salir para la Iglesia, salían todos y yo volvía un momento a recoger algo de última hora. En ese momento, la casa explotaba y yo estaba dentro. Sí, lo sé, suena macabro que te cagas, pero durante una temporada estuvo atormentándome la idea de que mi madre conociera a alguien y la diera por casarse.
En la actualidad, tengo dos sueños recurrentes. Uno, súper angustioso para mí, me si
túa de nuevo en el internado, pero no estudiando el bachillerato, sino la carrera. El sueño consiste en que estamos de exámenes, y yo voy muy agobiada porque no he dado ni palo y no me sé nada de la materia. Entonces, en el propio sueño, me doy cuenta de que yo ya he terminado de esudiar, y empiezo a gritar que ya no estudio más, que todo lo que tenía que sacar ya lo saqué. Odio soñar eso, me levanto con una angustia enorme, como con cargo de conciencia, no sé. A veces, muy sugestionada por el propio sueño, pienso que es porque no me he colegiado y no ejerzo, porque después de la carrera jamás me he planteado la abogacía como modo de vida. No sé, una rallada como tra cualquiera, supongo, pero en serio que me levanto fatal.

El otro no lo llamaría sueño recurrente, porque tampoco es que sea siempre lo mismo, pero siempre es con la misma persona, con mi abuelo Samuel, que falleció hace cinco años. Unas veces sueño que le veo por la calle, o conduciendo su Mercedes, el orgullo de su día a día decía él; otras veces sueño con situaciones que se dieron en el pasado entre los dos. Esta noche,por ejemplo, yo volvía a ser una niña pequeña de la mano de su abuelo que salían a tomar el aperitivo. Mi abuelo siempre me llevaba, él se pedía un vino blanco y a mí me pedía un mosto con aceintuna y guinda. Después, antes de subir a comer, me llevaba a la tienda de golosinas y me compraba un Huesito.
Sueño con él muy a menudo, será porque le echo de menos, supongo.