lunes, 10 de marzo de 2008

Historia de una cena

No hace mucho, Mi cari y yo hicimos una cena en nuestra casa aprovechando que la mayoría de los amigos dispersos por la geografía nacional se encontraban en la ciudad. He de puntualizar que a los amigos a los que me refiero son los de Mi cari, que, al igual que mis niñas, también andan repartidos por ahí.


Lo cierto es que no es fácil hacer que todos coincidan al menos un día del mismo fin de semana, pero convocando tres semanas antes y bajo amenza de expulsión, los tuvimos a casi todos sentados en nuestra mesa.

Y digo casi todos porque desde que Mi cari y yo compartimos habitat, hay un amigo al que nunca hemos conseguido traer, pese a no pocos esfuerzos. Pero esa es otra historia, quizá otro día.


Este tipo de cenas a mí me resultan muy enriquecedoras porque me sirve para conocer la parte más reservada de este grupito. Desde que entran por la puerta, me dispongo a observarles y, sobre todo, a escucharles, convencida que esa noche me llevaré alguna nueva conclusión conmigo.


La cosa empezó así: Mi cari les trajo desde la capital a nuestra casa con el fin de que, una vez concluida la velada y todos borrachos, tomaran un taxi para regresar a sus casas.

La llegada siempre es igual: uno a uno van pasano por la cocina a saludarme, para luego pasar a la sala donde les pongo unas cervecitas y unos picoteos previos al ágape.


Esta parte suele ser la propia para contarnos qué novedades hay en el trabajo, en su día a día, ver qué super móvil nuevo se ha compado Alber, el informático, qué movidas ha tenido con sus comerciales Guille, el jefe, y cuántas instalaciones ha conseguido vender Jose, el renovables.

Pero la cena de este día fue muy especial, ya que uno de los chicos, Guille, había dejado la relación con su chica después de 6 años y pico, una casa y un gato en común. Hay que decir que la relación se fue al carajo porque ella se enteró que Guille había estado manteniendo una relación paralela y a distancia con una italiana durante 6 meses, amén de los rollos de una noche que se llevaba por delante cada vez que su chica no salía el viernes.

Después de echarle de casa, e incluso interponerle una demanda por malos tratos psicológicos que desde luego no se admitió a trámite por absurda e inconsistente (una cosa es que te pongan los cuernos mil veces, y otra cosa es que juegues con un asunto tan grave como el maltrato), este chico está pasando por una etapa de juergas y borracheras diarias, folleteos varios y una depresión monumental, porque ahora dice que está enamorado de la chica a quien engañó, admitiendo así que hasta ahora, nunca lo estuvo.



Aquí es donde viene la parte interesante de la velada; tras tres botellas de vino, una de Ruavieja de café y canutos varios, y pasando ya a los rones con coca-cola empezaron a hacer clasificaciones de los hombres que estaban sentados en la mesa; es decir, los tres ya descritos y Mi cari. Y tengo que decir que esa clasificación la empezaron ellos, no yo.



Tipo 1: aquel que siempre creyó en el amor, que mantuvo una relación seguida desde los 18 hasta los 27 con la misma mujer, y que después de todo ese tiempo ella le deja (la explicación no la conocemos) . Esta ruptura marca un punto de inflexión para él, en el que se deja muy claro a sí mismo que no volverá a poner toda la carne en el asador durante muchos años. Sigue siendo el que más fe tiene en la pareja y en el amor, pero él se niega, 4 años después de su ruptura, a volver a intentarlo. Sobra decir que mantiene realciones con mujeres que se pueden prolongar en el tiempo, pero nunca da un paso más allá, ni se implica ni se involucra, y desde luego no permite que la otra persona se enganche con él, y se encarga de dejarlo claro desde el primer día.

Este tipo a mí me resulta un poco incoherente: por un lado divaga sobre las bondades del amor y la pareja, te anima siempre a que busques alguien con quien compartir tu vida, es el primero dispuesto a analizar qué es lo que ha fallado en una relación, pero él no se moja; se niega a arriesgarse de nuevo.

Tipo 2: Jose ha tenido varias parejas, de las que yo he conocido dos. La primera chica que le conocí era una tía maja, un poco pija y con mucho carácter, que le duró apenas un año. Su pareja actual es una chica estupenda que me cae muy bien, pero no estoy muy segura de que sea lo que él busca. Jose no se arriesga nunca, tanto en su vida como en sus relaciones es muy ordenado y nunca se permite dar un paso en falso. Con su chica de ahora ha hecho planes de futuro pero no termina de dar el paso. En la cena nos confesó que no anda muy seguro de si su elección será la correcta, pero sigue con ella. Y sobre eso es sobre lo que hablamos: no puedes estar seguro nunca de si la persona elegida será la definitiva, eso nos pasa a todos; de hecho las relaciones de pareja siempre tienen ese punto de inseguridad que nos recuerdan que nada es para siempre, que lo que hoy es lo mejor del mundo mañana puede convertirse en un desatre total. Pero él sigue sin dar un paso adelante, no formaliza pero tampoco lo corta. Y yo creo que no es justo, sobre todo para ella. No puedes estar con alguien haciendo planes si no tienes las cosas claras, porque si en un momento decides terminar dejarás a la otra persona descolocada y muy dolida. Y eso no lo merecemos nadie.

Tipo 3: el infiel por naturaleza, como él mismo se define. Reconoce que ha estado enamorado,pero no puede serle fiel a su pareja. Según él, para que "funcionen" sus relaciones tiene que tener ese punto de morbo que le da la infidelidad, que le hace valorar mucho más a su pareja. Yo con esta especie me muero de la risa, porque no sé si se da cuenta del grado de egoísmo e inmadurez que puede alcanzar, de lo tremendamente injusto que es, y del daño que hace. Pero él quiere estar en pareja. No es capaz de asumir que con ese modo de ir por la vida no puede permitirse el lujo de estar con una persona, porque siempre acabará haciéndola daño. Pero se niega a admitirlo, y una y otra vez seguirá intentandolo, aunque sepa de antemano cuál será el resultado.
Lo más irónico de todo es que, cuando la otra persona termina por enterarse de sus correrías y le deja, se hunde en la miseria más absoluta, pese a llevar sabiendo de antemano durante mucho tiempo que eso ocurriría. Se autoflagela con su desgracia "buscada", es el hombre más infeliz del mundo, y a mí eso me joroba mucho porque, si sabías que esto terminaría pasando, sólo tienes dos opciones: o bien cambias tu extraño modo de ver las relaciones y te decides por aceptar todo lo bueno y lo malo que conlleva una relación, o bien sigues en tu línea de engañar a tus parejas pero sin tener derecho a quejarte cuando te mandan a la mierda.

Tipo 4: Mi cari, según sus amigos, como siempre ha sido el más maduro y el más "sano" en cuanto a relaciones se refiere, no tiene problemas porque es perferto. Ja, ja y ja. Lo que no puedes pretender es que todo vaya de maravilla por sí solo, cuando ves asomar los problemas hay que tener el valor de afrontarlos, hablarlos e intentar solucionarlos. Todos pasamos por etapas horribles en las que la mejor salida nos parece mandarlo todo al carajo, pero ahí es donde tienes que plantearte que si realmente quieres seguir adelante, te encontrarás con mogollón de dificultades. Y hay que decidir si estamos o no dispuestos a pasarlo mal y solucinar los problemas, a poner todos los medios para que la cosa funcione. Pero yo entiendo su punto de vista, si ves que las cosas van bien es porque no hay ni habrá historias, y eso no es así.
Mi cari y yo hemos tenido que solucionar muchos rollos de cada uno para poder vivir juntos y en armonía; hemos puesto las cartas sobre la mesa varias veces y hemos decidido salir adelante, pero eso no significa que lo nuestro vaya a durar para siempre. Ojalá. Y ojalá siempre estemos dispuestos a coger el toro por los cuernos, y nunca nos falten las fuerzas y las ganas para tirar "pa'lante".

Y así, hablando y hablando, nos dieron las cinco de la mañana borrachos como perros.

7 comentarios:

Achiperre dijo...

Y el tipo 4, lo defines tu o lo definen ellos?...Mira chiquilla...que mientras se vaya sobreviviendo la cosa no está mal del todo!!....y ojalá tu relación dure siempre, siempre siempre!!!!!

Por cierto, a ti no te describieron?? oo... (:()

Besitos wapi!

aunqueyonoescriba dijo...

ainsss y yo que me he perdido esta faceta de autoanálisis de los hombres... si pues los amiguetes de mi chico dan para un estudio, y si no se le hacen ellos se le hago yo... me temo que a mi chico no le gusta escuchar mis conclusiones.

Belén dijo...

lo mejor de esas cenas bobas es que arreglas el mundo como ninguno ;)

yo no creo en clasificaciones, la verdad, cada cual hace con su vida lo que se puede, que no es poco además...

besicos

Nais dijo...

La vida en pareja no es todo violines y colores de rosa por todos los lados. Hay que trabajarla día a día y tener muy claro que la persona que tienes es con la que quieres estar. No vale jugar con los sentimientos de los demás, si no estas seguro no te comprometas a nada, pero no hagas lo que no quieres que te hagan.
Cuando sientes que la persona que tienes a tu lado es la correcta haces miles de cosas para que vaya bien todo y si encuentras la armonia logras estar tranquila, feliz. Pero no es facil pero como todo en esta vida.
He ahí mi humilde opinión.
Espero que hayas pasado buen finde mi niña.
Muchos pero que muchos, muchos besos.

Armandozzz dijo...

Tienes suerte de estar con un hombre tan agraciado.. pero nunca te confies ni te dejes llevar en una relacion... suelo a ver muchos tipos de tios en la discoteca..y en el fondo hay cosas que hay que cambiar..
bessoss

Nur dijo...

Pues el tipo 4 lo definieron ellos, y lo matizó mi chico Achi, un poco quemao ya de tanta pamplina.Un besote chula.

Aunque, con los amigos de mi chico te puedes esperar cualquier cosa; la verdad es que había una buena representación de especies.Un besote guay.

Estas cenas son las mejores Belén, y siempre salen cuestiones interesantes. Supongo que la clasificación fue fruto del pedo.Un besin.

Tú lo has dicho Nais, hay que trabajarlo cada día, y desde luego nadie dijo que fuera fácil.El padre de unos amigos nuestros, que lleva unos 30 años casado, nos dijo que se hubiera divorciado de su mujer mil veces, pero que siempre apostó por seguir.Y ahí siguen.Un besote reina.

Armandozz, bienvenido y gracias por tu coment. No creo que tenga suerte, lo que tengo lo tengo porque nos lo hemos currado.Un abrazo.

Claudia Newman dijo...

Nena, que capacidad de análisis!!!

Casi, casi que has psicoanalizado a tus amigos y a tu cari...

Besos guapa